Abrir y redefinir la manzana para un espacio cívico, vital y masivo.
El barrio de Villa Urquiza fue parcelado hacia 1.756 con el damero clásico de Leyes de Indias siendo severamente dañado en 1.889 con el trazado de la línea ferroviaria Mitre, y en 1.978 con las demoliciones del proyecto para la Autopista Central 3. Clorindo Testa proyectó posteriormente un masterplan en un intento por recomponer circulaciones y volumetrías. Estas historias resultaron en una contrastante relación entre llenos y vacíos de pequeña y gran escala.
Este Centro de Gestión y Participación busca reconocer y aceptar dos direcciones en una misma historia: por un lado, rescatar la diversidad volumétrica del barrio abriendo el programa alrededor de una plaza institucional cívico-peatonal. Por el otro, techar e integrar este espacio al corredor de Testa, permitiendo actividades públicas festivas, culturales y trámites administrativos. Escaleras de doble y triple altura peatonalizan la intervención en relación con “el lugar”.
El criterio rector es la sustentabilidad ecológica, económica y social en el largo plazo. Esta pérgola recolectora agua para incendio, aire acondicionado, riego, drenajes secundarios y primarios low-flow desde la cisterna, para además humidificar “el lugar”. Tanto las volumetrías como sus enrases responden a los solsticios de Buenos Aires, siendo generadores fotovoltáicos su principal fuente energética. Al tener un programa cambiante, las plantas son libres y flexibles con sus núcleos sobre las medianeras. Planteamos así un nuevo vínculo entre sustentabilidad e imagen institucional, entre ecología y Estado.
Asociado: Arq. Santiago Pérez de Muro.